Cuando las mujeres hablamos de relaciones intrincadas, de esas en las que una de las partes sale averiada y Ia otra hundida, solemos coincidir en que todas nosotras, al menos alguna vez, hemos atravesado por situaciones de esas, con personas muy similares y retorcidas, con las que formamos parejas profundamente parecidas y, además, desavenidas. La vida así entendida es como esta rima -bastante empobrecida-. Y el mal de amores, o el sufrir por ellos no encuentra en nosotras diferencias sociales, políticas, económicas o de cualquier otra índole, ya que esto de establecer vínculos dañinos constituye una conducta completamente democrática, que abarca tanto a nobles como a plebeyas, a acérrimas comunistas como a fanáticas consumistas, a distinguidas profesionales como a honorables iletradas, o a estrellas mundialmente admiradas como a ilustres desconocidas. Por eso la invitación a leer este libro, para sentirnos identificadas, para reírnos de nosotras mismas y además -sobre todo- para encontrar una camino que nos ayude a librarnos de sufrir por amor.